08 Lugo-Santiago

Etapa 8: Lugo - Santiago

Distancia: 99 Km
Hora inicio: 8.10 h
Hora final: 16.30 h
Velocidad media: 13,8 Km/h
Desnivel acumulado: 1.913 m
Tiempo sobre la bici: 7 h 10 min


Comienza la última jornada de esta gran aventura con el día encapotado y gris callejeando por el bonito casco histórico de Lugo. Salimos del recinto amurallado por la puerta de Santiago y enseguida terminamos de salir de Lugo al cruzar el río Miño por su puente romano. 
Lugo. Puente romano sobre el río Miño
Vamos a hacer muchos kilómetros por carretera así que como además tampoco vamos a encontrar grandes dificultades, se avanza con relativa comodidad, si tenemos en cuenta la paliza que ya llevamos acumulada. Tras pasar San Vicente de O burgo, cuando ya llevamos 10 km sobre el asfalto, encontramos una bonita senda emboscada que después de tanta carretera se disfruta enormemente y que desemboca en Bacurín.
Este tramo es espectacular y un balón de oxígeno para los días de sol, pero no dura mucho ya que enseguida volvemos a la carretera que habíamos dejado anteriormente. 

Son curiosas las iglesias-cementerios que abundan por estas tierras, como ejemplo, esta de San Román de Retorta.
Iglesia románica de San Román de Retorta

Pasado San Román volvemos a abandonar momentáneamente el asfalto para subir el monte de Arneiro. La etapa es puramente rompepiernas pero después de lo duro que ha sido este Camino se puede decir que es un paseo. Se avanza con relativa velocidad y comodidad sobrepasando pequeños pueblos rurales. 
El asfalto es el medio predominante pero de vez en cuando se recorren pequeños tramos por bonitos senderos o caminos rurales que nos apartan de la civilización.
Cuando llevamos recorridos 30 Km nos encontramos la mayor dificultad del día, la subida a Hospital das Seixas por la Sierra de Careón. El entorno es espectacular y compensa la dureza de la subida después de la cantidad de kilómetros acumulados.
Subida a Hospital das Seixas
Por la Sierra de Careón pasamos de la provincia de Lugo a la de La Coruña.
Sierra deA Careón

En el descenso ya se puede divisar en la distancia Melide, lugar donde el Camino Primitivo se encuentra con el Francés.
Acercándonos a Melide

Y como es costumbre, en Melide hay que degustar el delicioso pulpo con cachelos y que cuando hice el Camino Francés no tuve oportunidad porque pasé por aquí poco después de haber almorzado.
Pulpo típico en Melide

Mientras estoy deleitándome con el pulpo veo pasar constantemente gente como si fuera una romería, es la diferencia entre el Camino Francés y el resto de los Caminos, especialmente cuando ya quedan pocos kilómetros para llegar a Santiago. Está claro que a partir de ahora voy a tener que ir esquivando peregrinos.
Por otro lado, ya se lo que me espera de aquí en adelante y no tengo grandes dificultades y si un bonito recorrido así que ya sólo me queda disfrutar de mis últimas pedaladas y esperar que no tenga ningún percance.
Cuando reanudo el camino compruebo que la mayor parte de los peregrinos que he estado viendo pasar han debido hacer final de etapa en Melide por lo que tampoco tengo que ir evitando a tanta gente.
Si cuando realicé el Camino Francés iba sufriendo por los calambres, este año voy disfrutando enormemente. Parece mentira con lo diferentes que son ambos Caminos, y lo duro, por decirlo suavemente, que es el del Norte y Primitivo.

Parte del recorrido se transita entre bosques y atravesando algunos pequeños arroyos, por lo que la travesía es de lo más placentera. Tampoco hay que confiarse porque esta zona es un continuo sube y baja, muy rompepiernas, aunque después de lo sufrido en anteriores jornadas, esto es un paseo.

Cuando estoy a unos 30 Km de Santiago encuentro el bar en el que me detuve en mi anterior Camino y también hago una breve parada antes de afrontar el último tramo de esta aventura.
Así, ya poco a poco pues ya veo que llegaré, me encuentro ante el último escollo, la subida al Monte do Gozo. Hace dos años se me hizo eterna esta subida pero esta vez como voy concienciado de lo que me espera me lo tomo con más tranquilidad y así llego hasta la cima, a las puertas ya de Santiago. Aquí hago un pequeño descanso para tomar un refrigerio e ir a visitar las esculturas de los peregrinos.
Monte do Gozo

Finalmente ya no queda prácticamente más que dejarse llevar cuesta abajo hasta la plaza del Obradoiro.
Fin de Camino en la Plaza del Obradoiro

Como ruedo sobre terreno conocido, antes de llegar a la Catedral cojo el albergue, me ducho y cambio de ropa, y preparo lo que mandaré por correo a casa. Así, termino esta impresionante aventura, 8 días de haber empezado a rodar en Irún, en la frontera con Francia.
Como es de rigor, voy en primer lugar a enviar la bici a casa, después a conseguir la Compostela y antes de ir a cenar, a compara algún detalle para los peques de la casa que tanto se les echa de menos después de tantos días fuera.
A diferencia del Francés, esta vez el Camino lo he hecho totalmente en solitario, más que nada porque no me he encontrado a ningún bicigrino con quien compartir el viaje.




No hay comentarios:

Publicar un comentario